La sexualidad: ¿Pecado o bendición?

El tema de la sexualidad siempre crea inquietud. Ya sea que se aborde desde el punto de vista dogmático, tradicional, liberal o postmoderista, como parte de nuestras vidas y nuestra realidad, necesitamos abordarlo de una manera saludable y madura. La siguiente charla aporta elementos muy positivos para incorporar a la manera positiva en que comprendemos la sexualidad.

[Extracto] Trascripción editada de una charla ofrecida por el Dr. Hossain Danesh sobre el matrimonio y la sexualidad el día 13 de abril de 1991 en Springfield, Virginia, los E.E.U.U. El Dr. Danesh es un psiquiatra conocido internacionalmente, que reside en Canadá. Actualmente es director del Centro de Terapia del Matrimonio en Toronto. A través de los últimas décadas de su vida profesional, ha hecho investigaciones extensivas en varias áreas, que incluyen el matrimonio y la familia, psiquiatría intercultural, con énfasis especial sobre los refugiados, inmigrantes y víctimas de la violencia, y también sobre la psicología de la espiritualidad.

El amor de iguales es otra clase de relación de amor. Esta historia tiene que ser escrita por la nueva generación de bahá’ís. No tenemos una historia de amor de iguales. La literatura del mundo, no escribe historias de amor sobre las relaciones de iguales. Nosotros tenemos que escribirlas. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad, que Dios viene a la humanidad y dice “Ámame para que yo te ame. Si tú no me amas, mi amor jamás llegará a ti”. Con esto, Dios está diciendo a la humanidad: maduren. Esta es la edad de la madurez, hay que poner a un lado los modos antiguos, los modos infantiles, los modos adolescentes de mirar al amor, hoy en tu relación con Dios, tienes que amar al nivel de un ser maduro. Es un honor que Dios ha otorgado a esta generación.

Y la gente joven de esta generación, y la gente no tan joven de esta generación, tienen que comenzar a escribir historias de amor sobre las relaciones de iguales. ¿Cómo las escriben?, pues creándolas. Viviéndolas, ya que es un proceso diferente que ahora ocurrirá. Es en este contexto que podemos comprender mejor los problemas sexuales que existen en el matrimonio.

Veamos, el sexo es una dimensión de la atracción que sucede entre hombres y mujeres. De hecho, es una fuerza de atracción muy poderosa. Si 2 individuos tienen que atraerse, se atraen de muchas maneras. De un modo físico, de un modo sexual, en una manera ideológica, en maneras emocionales. Estas son maneras diferentes en que la gente se atrae. Entonces el sexo, por supuesto, es muy importante en este proceso, porque es así como la gente se atrae y es una dimensión muy esencial de la relación, porque permite la continuación de la raza humana. Y más importante aún, nos permite, como Bahá’u’lláh dijo, traer a este mundo a aquellos quienes recordarán a Dios, quienes crearán una nueva civilización de progreso continuo, y contribuirán a ella.

Como se ve, pues, tiene un resultado. Cualquier unión tiene que tener resultados. Y la unión del espermatozoide y el óvulo es el niño que viene a este mundo. La unión del matrimonio es para traer a un niño a este mundo. De éste modo, no solamente se crea unión entre marido y esposa, y como resultado se tiene el matrimonio, sino que también a través de este matrimonio se crea la familia. Ahora bien, las actitudes hacia el sexo en diferentes culturas, en diferentes religiones, han sido básicamente en proporción a la niñez o la adolescencia. El entendimiento de la gente sobre la sexualidad está mezclado con bastante ignorancia, bastante falta de conocimiento sobre el sexo, bastante fantasía, o bastante timidez. La gente no sabe de lo que se trata; no sabe hablar sobre el tema.

Por ejemplo, en familias persas, diría en general, que existe una ignorancia total sobre la sexualidad. Nadie habla sobre ella. Uno escucha: ésta es un área prohibida para hablar. No obstante, la gente piensa en ella (risitas). La gente la siente y por tanto prosigue a tientas. En el Cristianismo se acerca el tema así: el sexo es malo; por lo tanto, no piensen en ello. Bien, pero si digo a un número de personas en este cuarto, por favor, no piensen en el sexo (risitas), piensen en cualquier otra cosa, pero en sexo no, ¿qué piensan que harían ustedes? (risas). Hace unos instantes, no estaban pensando en eso, pero ahora…(risas), ¡sí señor, están pensando en eso¡ ¿bien?, eso es exactamente lo que sucede en el Cristianismo y en muchas familias persas, o familias musulmanas,… Esto es lo que decimos a los jóvenes, quienes están llenos de hormonas y todo el impulso de la sexualidad, les decimos: ¡no piensen en sexo¡ (risas). Los demás están mintiendo: vayan a tomar baños fríos (risitas).

Ésta es la clase de remedios que recibe la juventud. Y si esto no funciona, entonces intentamos asustarlos. Pues ya saben, si llegan al sexo, se contagiarán la sífilis, el SIDA, o, o, o…toda clase de cosas: como la masturbación, sobre la sexualidad. Tratamos de controlar a la gente, mantenerla en una condición mediante el proceso del miedo, o tratamos que no piensen en ello.

Nos acercamos a todo el proceso desde una perspectiva negativa. Entonces, cuando ninguno de estos funciona, llamamos a la ira de Dios. Decimos que Dios les ha dicho que no lo hagan, por tanto, no lo deben hacer. Si? Pero eso no funciona tampoco. Lo único que hace que es que la gente crezca con miedo sobre el sexo, o ignorante sobre el sexo, o avergonzada sobre el sexo, o enojada sobre el sexo, o todo esto en conjunto. Y eso es lo que pasa. La gente no sabe lo que es la sexualidad. Entonces, la sexualidad pierde su contacto con la sensualidad, con la belleza, con la gratificación que la acompaña, con cualquier otra dimensión de desarrollo humano que en verdad debería ser magnifica y tendría que dar a uno un sentido de realización.

Déjenme darles un ejemplo, un paralelo para que podamos ver como funciona y ver que clase de problema tenemos en la sociedad. El sexo es uno de los apetitos biológicos. El hambre es otro apetito biológico. El hambre es más importante que el sexo, porque si uno tuviera hambre y no comiera, muere. Pero si uno tuviera ganas de tener sexo y no tuviera sexo no va a morir ( risitas). Bueno, sabemos por lo menos esto de los apetitos (risas). Entonces, el hambre es más importante que el sexo. La comida es más importante que el sexo, en ese sentido. ¿Y cuáles podrían ser los modos de comer? Algunas personas comen rápidamente. Otras comen lentamente. Algunas personas comen “comida basura” (risas). Otros comen comida a lo “gourmet”. Algunas personas comen demasiado y después se sienten mal. Otras comen demasiado poco y siguen teniendo hambre.

La mayoría de las personas no tienen la disciplina necesaria para crear un hábito sano de comer. No lo tienen. Algunas personas comparten su comida con otras, junto con sus gérmenes, enfermedades, resfriados y todo lo que tienen (risitas). Algunas personas le quitan la comida a otros (risas). Piensen ustedes todo lo que hacemos con la comida. Todo tiene paralelos con el sexo. Eso es lo que hacemos. Así es el apetito, así es como procedemos. ¿No es cierto? Algunas personas piensan que si no comen, perderían el control total.

Pero sabemos, por ejemplo, que en una vida perfecta tiene que haber disciplina. Tiene que haber un proceso. Hay un tiempo. No se puede dar un asado a un infante de 2 meses. Simplemente no lo puede hacer. ¡Mataría uno al bebé! El sexo prematuro daña en la misma manera que la comida equivocada en el momento equivocado. La dimensión equivocada de la sexualidad en el momento equivocado, daña. Y el sexo no es solo tener coito: es toda una variedad de cosas. Para comenzar, algunos aspectos de éste son perfectamente aceptables: el valor que las personas muestran una a otra; el cuidado que muestran; el afecto que muestran; la amistad con que inician la relación. Estos son la miel y la leche de toda niñez. Son perfectamente aceptables. Entonces el sexo no es solo el resultado final de tener coito, porque esta es la imagen que creamos, que eso es lo fundamental, y es por eso que cuando la mayoría de la gente tiene coito, se siente desilusionada. O es doloroso o es desagradable, o es demasiado corto, o demasiado largo, o es demasiado esto, o lo otro.

La mayoría de la gente se desilusiona porque su acercamiento a este es tan indisciplinado, tan desconsiderado, tan callado y tan dejado en el estado de ignorancia. Se acercan al tema con una falta total de sofisticación. He aquí lo que hemos creado –y nuestros hijos se están criando en una sociedad que cree en la gratificación instantánea, el sexo es instantáneo, todo lo que hay en la sociedad tiene que ser instantáneo. Y así la alegría de ello se desvanece. El proceso de la relación sexual en los seres humanos es el proceso del descubrimiento: de la belleza en cada uno. Esta es una de sus dimensiones. Es el proceso del descubrimiento de autocontrol en uno mismo.

Nuevamente, comparemos con la comida. ¿Recuerdan Uds. aquellas ocasiones en que se dan el lujo de sentarse en la mesa, a comer lentamente, a saborear todo lo que comen, y tener la mejor cena gourmet posible, y gozar de cada instante? ¿Sí? Pues para descubrir la belleza de esos, tienen que actuar deliberadamente, tienen que ser considerados, tienen que estar con el ánimo correcto, tienen que estar en el estado correcto de unidad; con la gente con quienes comen ustedes, la condición de unidad debe existir.

Y entonces, esa cena se vuelve memorable. A la sexualidad, debe uno acercarse en esa manera. Es muy diferente cuando comen así que cuando van deprisa para agarrar una hamburguesa y engullirla. Ése es un proceso muy diferente. Entonces todo el acercamiento que tenemos aquí sobre el tema de la sexualidad tiene que estar, por ejemplo, relacionado con el conocimiento sobre la sexualidad. Aquí quiero usar otra analogía sobre alimentos, estaba leyendo hoy en el diario ‘The Washington Post’ que el gobierno estadounidense ha decidido cambiar el modelo de la buena dieta para el pueblo norteamericano. Se habían equivocado todos estos años. Malas noticias (risitas). Lo que todos estos años les han estado diciendo que era una dieta buena, resulta ser una dieta mala. ¿Y saben Uds. cuál es la característica de la dieta mala? Es que Uds. comen demasiado de lo que no necesitan. Y demasiado poco de aquellas cosas que sí necesitan. Esta es la misma actitud hacia la sexualidad en esta sociedad.

Prestamos más atención al acto final del coito entre hombres y mujeres que a enfocar en aquellos elementos que entran en una relación sexual. Una relación sexual es un proceso del descubrir la belleza de la otra persona, primero. Tiene que comenzar con el estimulo mutuo. Tiene que comenzar con la cualidad de que uno no piensa en sí mismo, sino en la otra persona. Tiene que comenzar con ser considerado con la otra persona. Tiene que comenzar con la condición cuando se va creando la atmósfera de comodidad, seguridad, tranquilidad y confianza el uno en el otro. Hay que poner todas estas cualidades para que funcione el proceso. No se puede simplemente ejecutarlo de prisa con la sola idea de descubrir la belleza.

La segunda cosa que se quiere lograr es la de la disciplina: porque cualquier actividad humana es exitosa si está combinada con disciplina. Déjenme desarrollar esto. Es muy importante. Cada actividad humana es exitosa si la hacen desde la posición de iluminación y el conocimiento –o sea, que se sabe lo que hace- si la hacen con sentimientos positivos de amor y estímulo, y si la hacen con autodisciplina… y moderación. Cada actividad humana requiere estas 3 características. No hay nada en esta vida con la cual no debamos involucrarnos con conocimiento amor y disciplina. ¿Cuál es el acto fundamental de un ser humano?

Nosotros, los seres humanos hemos sido creados a la imagen y semejanza de Dios, ¿no es así? Ahora bien, la cualidad o atributo de Dios es que Él es el Creador. Él crea. Y Él nos creó a Su misma imagen. Por tanto, nosotros somos creadores. Constantemente creamos. Creamos familias, sillas, aviones… Creamos todo lo que hay en este universo. Nosotros creamos aquellas cosas que creamos. Porque somos creados a la imagen y semejanza de Dios. Bien, el acto del amor en la sexualidad y el matrimonio, tiene que ser creativo. Y para que una cosa sea creativa, tiene que ser disciplinada. Aquella gente que pinta, por ejemplo, o hace música, o baila, lo sabe. Una de las cosas que necesitan necesariamente si van a ser creativos, es la disciplina. Y una vez que crean esta disciplina, dentro de los límites de la disciplina tienen que ser libres. Y esa es la relación entre el hombre y la mujer.

Por ejemplo, antes del matrimonio, la disciplina –el límite para la creatividad- es la castidad. Dentro del límite de la castidad, entonces, el hombre y la mujer, pueden relacionarse como jamás lo han podido hacer antes. Porque uno de los dones de Bahá’u’lláh sobre la castidad, es la aclaración que hasta ahora en la historia, que hasta ahora hombres y mujeres no se han conocido aún. ¿Por qué? Porque en el momento en que uno se acerca al otro, comienza a pensar en el sexo. Y comienzan a pensar, ¿cómo puedo tenerlo a él o ella? O ¿cómo puedo escaparme de él o de ella? (risitas) Esto se aplica desde el comienzo. Y tan pronto que esto ocurre, estas dos personas no van a poder conocerse. No van a ser totalmente honestos el uno con el otro. No van a confiar el uno en el otro.

Pero cuando saben que van a tener una relación disciplinada, mediante la norma de la castidad, entonces, una pareja podrá conocerse, podrá acercarse, podrá expresar sus pensamientos íntimos, podrá compartir sus sentimientos, pensamientos y aspiraciones, podrá compartir y decir lo que le gusta y lo que no le gusta, lo que le atemoriza y lo que no. Así una pareja llega a conocerse. Entonces es en aquel proceso, cuando una persona que elige, lo hace con los ojos abiertos en vez de los ojos cerrados.

La otra disciplina sobre el sexo radica en el contexto del matrimonio, en que uno tiene que ser total y completamente veraz con su cónyuge. Y no estar envuelto en romances extramaritales. ¿Qué significa esto? Nuevamente, uno mismo provee las estructuras. Y dentro de esos marcos hay que tener libertad. Si no se tiene libertad, todo el asunto se derrumba. Existen entonces dos marcos de referencia que Bahá’u’lláh da, que nos permiten sentir libertad para la creatividad dentro de límites que son necesarios, porque es imposible crear sin disciplina. No es asunto de castigo, o de Bahá’u’lláh diciendo, “Yo no quiero que disfruten Uds., o vamos a darles un mal rato a Uds. Jóvenes”. Éste no es el asunto.

El asunto es que Dios tiene que crear las condiciones en las cuales Uds. puedan volverse lo más creativos posible. Y de todas las cosas que creamos, la más importante, la más magnífica, la de mayor alcance, es nuestra vida. Y es a través de límites y de disciplina. Uno de ellos es la castidad, o fidelidad, antes del matrimonio y después del matrimonio. Otro es la oración diaria. Otro es el ayuno. Otro es el no murmurar. Otro es servir a la humanidad. Otro es la búsqueda del conocimiento y las artes.

Y así sucesivamente. Estos llegan a ser las armaduras o bases dentro de los cuales creamos nuestra personalidad, manera de vivir, lo que somos, la clase de matrimonios que tenemos, la clase de familias que tenemos, la clase de sociedad que tenemos, la clase de civilización que creamos. Entonces llegamos a ser creadores.


Prestado de orientacionmatrimonial

Comentarios

Mauxito ha dicho que…
Gab,
edité la entrada para que fuera más legible, el texto está tal como lo posteaste...
qué interesante...
hay que seguirle dando vida a éste blog...
ya leíste los documentos de la Bahai Internet Agency?
chivísimos!

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