La Fe Bahá'í y el Islám
Disertado en la Mezquita Dar Ibrahím
en un encuentro interreligioso
San Salvador, viernes 22 de mayo de 2009.
Para los bahá'ís, el principio fundamental de su Religión es la unidad. Dicha unidad se manifiesta en tres niveles: Que hay un solo Dios, que todas las religiones vienen de Él y que todos somos hermanos y hermanas.
Una de las luminarias en el cielo de la Dispensación de Dios, es la Bendita Religión del Islám. Revelada por el Profeta Mahoma, en el contexto más hostil, en medio de una sociedad ignorante y tribal, el Islám fue la causa del florecimiento de una civilización que ha aportado al mundo entero, los frutos de la Verdad de Su Mensaje.
La esencia pura del Mensaje del Profeta Mahoma renovó el mundo tanto en el área espiritual, como en otras manifestaciones del mundo humano: artes, ciencias, matemáticas, etc.
Los bahá’ís sienten el máximo respeto por todas las religiones. Nuestras Escrituras se refieren al Islám como “la bendita y luminosa religión de Dios” y al Profeta Muhammad como “la refulgente lámpara de supremo Profeta”, “el Señor de la creación” y “el Sol del mundo”, Quien, “por la voluntad de Dios, resplandeció desde el horizonte de Hijaz”.
Bahá'u'lláh, Fundador de la Fe Baháí, religión más joven en la cadena de revelación progresiva con la que Dios, en Su Misericorida, ha encaminado a la humanidad al cumplimiento de Su Alianza Eterna, se expresa sobre el Profeta Mahoma de la siguiente manera:
"Que la bendición y la paz sean con Él [el Profeta Mahoma], por cuyo advenimiento Bathá [la Mecca] se ha engalanado con sonrisas, y los suaves aromas de cuya vestidura han derramado fragancia sobre toda la humanidad; Él, Quien vino a proteger a los hombres de lo que les daña aquí en el mundo. Exaltada, inmensamente exaltada es Su posición sobre la glorifiación de todos los seres, y santificada de la alabanza de la creación entera. Por su advenimiento, el tabernáculo de la estabilidad y el orden fue erigido a través del mundo y la enseña del conocimiento fue enarbolada entre las naciones."
Llegará el día en que el mundo occidental podrá reconocer la Verdad del Islám, las enseñanzas puras, a través de una investigación independiente, liberada de los prejuicios, paradigmas y prácticas, que no guardan relación con la esencia original del Mensaje de Mahoma.
El Qurán ilustra que “La Fuente de la Sabiduría revela ahora una parábola para su profunda contemplación. Las Palabras de Verdad que tienen el poder de expresar la Verdad Viviente son como árboles florecientes cuyas raíces o significados directos están establecidos profundamente en la tierra del corazón, y cuyas ramas o significados sutiles, alcanzan las alturas del cielo de conocimiento místico. Por el misterioso permiso de Al láh, estos árboles dan frutos en cada estación. En contraste, las palabras humanas son como árboles secos enraizados en un suelo llano y arenoso, que se quiebran fácilmente debido a los constantes vientos del error, no teniendo arraigo en el corazón secreto. A través de dichas parábolas, Mi amado, la Fuente de la Luz ilumina la naturaleza de este Glorioso Corán, para que la humanidad pueda meditar y entender realmente.”
La libre investigación de la verdad para reconocer la autenticidad del Mensaje Divino, será emprendida por el mundo occidental a través de la fórmula que Jesucristo nos dio cuando dijo:
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.”
en un encuentro interreligioso
San Salvador, viernes 22 de mayo de 2009.
Para los bahá'ís, el principio fundamental de su Religión es la unidad. Dicha unidad se manifiesta en tres niveles: Que hay un solo Dios, que todas las religiones vienen de Él y que todos somos hermanos y hermanas.
Una de las luminarias en el cielo de la Dispensación de Dios, es la Bendita Religión del Islám. Revelada por el Profeta Mahoma, en el contexto más hostil, en medio de una sociedad ignorante y tribal, el Islám fue la causa del florecimiento de una civilización que ha aportado al mundo entero, los frutos de la Verdad de Su Mensaje.
La esencia pura del Mensaje del Profeta Mahoma renovó el mundo tanto en el área espiritual, como en otras manifestaciones del mundo humano: artes, ciencias, matemáticas, etc.
Los bahá’ís sienten el máximo respeto por todas las religiones. Nuestras Escrituras se refieren al Islám como “la bendita y luminosa religión de Dios” y al Profeta Muhammad como “la refulgente lámpara de supremo Profeta”, “el Señor de la creación” y “el Sol del mundo”, Quien, “por la voluntad de Dios, resplandeció desde el horizonte de Hijaz”.
Bahá'u'lláh, Fundador de la Fe Baháí, religión más joven en la cadena de revelación progresiva con la que Dios, en Su Misericorida, ha encaminado a la humanidad al cumplimiento de Su Alianza Eterna, se expresa sobre el Profeta Mahoma de la siguiente manera:
"Que la bendición y la paz sean con Él [el Profeta Mahoma], por cuyo advenimiento Bathá [la Mecca] se ha engalanado con sonrisas, y los suaves aromas de cuya vestidura han derramado fragancia sobre toda la humanidad; Él, Quien vino a proteger a los hombres de lo que les daña aquí en el mundo. Exaltada, inmensamente exaltada es Su posición sobre la glorifiación de todos los seres, y santificada de la alabanza de la creación entera. Por su advenimiento, el tabernáculo de la estabilidad y el orden fue erigido a través del mundo y la enseña del conocimiento fue enarbolada entre las naciones."
Llegará el día en que el mundo occidental podrá reconocer la Verdad del Islám, las enseñanzas puras, a través de una investigación independiente, liberada de los prejuicios, paradigmas y prácticas, que no guardan relación con la esencia original del Mensaje de Mahoma.
El Qurán ilustra que “La Fuente de la Sabiduría revela ahora una parábola para su profunda contemplación. Las Palabras de Verdad que tienen el poder de expresar la Verdad Viviente son como árboles florecientes cuyas raíces o significados directos están establecidos profundamente en la tierra del corazón, y cuyas ramas o significados sutiles, alcanzan las alturas del cielo de conocimiento místico. Por el misterioso permiso de Al láh, estos árboles dan frutos en cada estación. En contraste, las palabras humanas son como árboles secos enraizados en un suelo llano y arenoso, que se quiebran fácilmente debido a los constantes vientos del error, no teniendo arraigo en el corazón secreto. A través de dichas parábolas, Mi amado, la Fuente de la Luz ilumina la naturaleza de este Glorioso Corán, para que la humanidad pueda meditar y entender realmente.”
La libre investigación de la verdad para reconocer la autenticidad del Mensaje Divino, será emprendida por el mundo occidental a través de la fórmula que Jesucristo nos dio cuando dijo:
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.”
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